La cantidad que puedes pedir prestada y la cantidad que debes pedir prestada son a veces dos cosas muy diferentes. Antes de solicitar un préstamo hipotecario, tiene sentido evaluar de manera realista tu situación financiera. Aquí te explicamos cómo hacerlo.
Comprende su capacidad de endeudamiento
En términos generales, tu capacidad de endeudamiento (lo que puedes pedir prestado) depende de una serie de factores, entre ellos:
tus ingresos
tus gastos mensuales
tus deudas existentes
cuanto deposito has ahorrado
tasa de interés actual
tipo de préstamo
si es un préstamo de capital o de capital e intereses
el plazo del préstamo
amortizaciones estimadas.
Sin embargo, es muy importante conocer la diferencia entre lo que puedes pedir prestado y lo que debes pedir prestado. Como regla general, no es buena idea destinar más del 30% de los ingresos mensuales de tu hogar al pago del préstamo hipotecario.
Construye un presupuesto
Para comprender completamente cuál podría ser tu límite de endeudamiento realista, primero que nada crea un presupuesto y respétalo. Una vez que comprendas exactamente lo que entra y sale, podrás evaluar adecuadamente cuánto puedes pagar y, por lo tanto, cuánto debes pedir prestado.
Si no te sientes cómodo elaborando el presupuesto tu misma, es aconsejable buscar ayuda. Un planificador financiero puede ayudarte a preparar un presupuesto. Los gastos a incluir en tu presupuesto incluyen, entre otros:
Impuesto de bienes inmueble
gastos comunitarios (si corresponde)
costos de seguro
costos de mantenimiento
recibos de servicios públicos
gastos de la compra
facturas médicas y pagos de fondos de salud
pagos escolares
costos de telefono e internet
pagos de gasolina y transporte
entretenimiento, viajes y ropa
otros préstamos o deudas de tarjetas de crédito.
Prepara tus cifras para el futuro
Recuerda dejar un poco de margen de maniobra en tu presupuesto en caso de que las circunstancias cambien. Las personas pueden perder sus empleos o enfermarse, o las tasas de interés pueden aumentar, lo que podría afectar tu capacidad para cumplir con tus pagos.
También es importante pensar en otras cosas que pueden suceder: ¿es probable que tus ingresos aumenten en los próximos años? ¿Es probable que tengas hijos y pierdas ingresos? ¿Tienes previsto jubilarte en breve? Todas estas son preguntas que sólo tu puedes responder y todas tendrán un impacto en la cantidad que debes pedir prestado.
Recuerda, los prestamistas te dicen cuánto puedes pedir prestado, pero tu conoces tus circunstancias personales mejor que nadie; tu decides cuánto debes pedir prestado.
Si necesitas apoyo y asesoramiento, podemos serte útiles durante el proceso de toma de decisiones, contáctanos
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